martes, 13 de noviembre de 2012

Texto académico


Los textos académicos constituyen un género específico, puesto que, al responder a una misma situación comunicativa, comparten características formales y de contenido socialmente aceptadas.
Los textos académicos no sólo son los escritos elaborados por los estu­diantes de cualquier nivel de formación (escuela básica, media diversificada o universitaria), sino también los discursos que el maestro o profesor realiza en el aula o los del profesional, especializado en cualquier área del conoci­miento, que escribe un informe, artículo, un manual o un libro.
Quizás, el rasgo que mejor define al texto académico sea que está con­cebido, básicamente, para transmitir información que nos permita comu­nicar, desarrollar y adquirir conocimientos. A través de esta clase de textos se busca aproximar los saberes del escritor y del lector. Para alcanzar este objetivo, quien escribe se ve obligado a seleccionar con cuidadoso esmero la información y a emplear un estilo comunicativo claro, objetivo, preciso, que haga inteligible al lector el contenido de lo que está exponiendo.

Por tradición, las diferencias entre textos se han descrito atendiendo a la noción tipo de texto. Este proceder condujo a formular clasificaciones muy generales y a enmascarar el hecho de que los textos no siempre constituyen secuencias homogéneas, es decir, no son puramente narraciones, descrip­ciones, diálogos...
A partir de las consideraciones expuestas, en un libro publicado en 1992 que versa sobre los textos, sus tipos y prototipos (Adam y Lorda 1999; Calsamiglia y Tusón 1999; Montolío 2000), Adam propuso un modelo de secuencia textual prototípica que dotaba de una serie de instrumentos ne­cesarios para inscribir un texto en un tipo determinado, dependiendo de las secuencias que estuvieran presentes en él.
Adam, quien definió el texto como una estructura integrada por se­cuencias, ideó un esquema general en el que se señalan las distintas opcio­nes que puede haber para fundar una tipología y, posteriormente, indicó su propia opción: la secuencia es la «unidad constituyente» del texto, unidad modélica que responde a tipos relativamente estables de combinación de enunciados.

Si bien algunos textos (sobre todo los muy breves) pueden ser homogé­neos, estar constituidos por una sola de estas secuencias, lo habitual es que otros textos (los más extensos) muestren, en alternancia o concatenación, una variedad de secuencias.

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