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Los textos académicos no sólo son los
escritos elaborados por los estudiantes de cualquier nivel de formación
(escuela básica, media diversificada o universitaria), sino también los
discursos que el maestro o profesor realiza en el aula o los del profesional,
especializado en cualquier área del conocimiento, que escribe un informe,
artículo, un manual o un libro.
Quizás, el rasgo que mejor define al
texto académico sea que está concebido, básicamente, para transmitir
información que nos permita comunicar, desarrollar y adquirir conocimientos. A
través de esta clase de textos se busca aproximar los saberes del escritor y
del lector. Para alcanzar este objetivo, quien escribe se ve obligado a
seleccionar con cuidadoso esmero la información y a emplear un estilo
comunicativo claro, objetivo, preciso, que haga inteligible al lector el
contenido de lo que está exponiendo.
Por tradición, las diferencias entre
textos se han descrito atendiendo a la noción tipo de texto. Este proceder condujo a formular
clasificaciones muy generales y a enmascarar el hecho de que los textos no
siempre constituyen secuencias homogéneas, es decir, no son puramente narraciones,
descripciones, diálogos...
A partir de las consideraciones expuestas,
en un libro publicado en 1992 que versa sobre los textos, sus tipos y
prototipos (Adam y Lorda 1999; Calsamiglia y Tusón 1999; Montolío 2000), Adam
propuso un modelo de secuencia textual prototípica que dotaba de una serie de instrumentos
necesarios para inscribir un texto en un tipo determinado, dependiendo de las
secuencias que estuvieran presentes en él.
Adam, quien definió el texto como una estructura integrada por secuencias, ideó un esquema general en el que se
señalan las distintas opciones que puede haber para fundar una tipología y,
posteriormente, indicó su propia opción: la secuencia es la «unidad constituyente» del texto,
unidad modélica que responde a tipos relativamente estables de combinación de
enunciados.
Si bien algunos textos (sobre todo los
muy breves) pueden ser homogéneos, estar constituidos por una sola de estas
secuencias, lo habitual es que otros textos (los más extensos) muestren, en
alternancia o concatenación, una variedad de secuencias.
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